miércoles, 20 de enero de 2010

Lights and shadows

Nostálgico daba la última calada a su cigarro, deteniéndose por un momento a escuchar el suave crujido del papel al quemarse. Después lo apagó, y con él se apagó la esperanza que había depositado en esa nueva medida de tiempo del siglo XXI. Se detuvo para recordar todos aquellos momentos vividos con ella y desde su lagrimal, se precipitó algo a través de su mejilla, perdiéndose en la nada de su rostro. Eso era "algo", porque los hombres no lloran, o por lo menos no para él, frase que se había repetido diariamente durante las últimas noches de muchas semanas atrás. Intintivamente volvió una vez más la mirada hacia el portal, encontrando lo mismo que las últimas siete veces. Suspiró y giró lentamente la llave puesta en el contacto y arrancó. Las farolas alumbraban todo el entramado urbano y las luces y pitidos de los coches hacían que se mantuviese despierto, pero pese a todo aquello, para él no dejaba de estar todo muy oscuro. Un mendigo que pedía limosna en un semáforo le pidió dinero para algo de sus hijos, no lo entendió muy bien, pero sacó la cartera y sacó todo lo que tenía dentro y se lo dio. El mendigo ni se inmutó, y se limitó a decir gracias, pues esa cantidad de dinero no simbolizaba más que otra noche en la que encontraría su felicidad más preciada en una bolsita de plástico, papel de plata y un mechero.

El trayecto se le hizo más que corto, corto porque una hora de camino era poco comparado con toda una noche sin dormir, dándole vueltas a algo que sólo conseguía intrincarse una y otra vez cuanto más lo pensaba. Se echó en la cama, con la mirada perdida, aunque fija en algún lugar, pero no de este planeta desde luego. No paraban de derramarse "algos" por sus mejillas, aunque no explotaba, se limitaba a mantener los ojos abiertos y a lamentarse en silencio. Llegó a mojarse el almohada. Le dio la vuelta, se levantó y se miró al espejo: "empiezo a pensar que los hombres también lloran", pensó, y se encendió otro cigarro, pensando como tantísimas veces que ese era el último.