domingo, 2 de agosto de 2009

Tempus fugit

Consumía su tiempo cigarro a cigarro, viendo pasar cada segundo de su vida por delante de sus ojos, esperando a nada en concreto. No es que le quedase poco tiempo, o no por lo menos que él ni nadie supiese, pero no era la clase de persona que dijese con frecuencia frases como: "el tiempo es oro" o "tempus fugit". Tampoco es que no las dijese porque para él el oro fuese de color blanco y en polvo, o porque nunca en su vida hubiese escuchado ni una palabra de latín, sino porque probablemente nunca se había planteado qué hacer con su vida, y si lo hizo, había perdido ya la ilusión. Pero él sólo pensaba que era desgraciado algunas veces, y es que es inevitable que de vez en cuando la vida nos trate mal, sin embargo he de reconocer que cuando era su turno se lo tomaba de una manera pésima, pensando entre otras cosas que a nadie podía sucederle algo peor que a él. Por otra parte se sentía el hombre más afortunado del mundo cuando salían tres figuras iguales en la máquina y se podía deleitar con un agradable estruendo de monedas chocando contra la ranura, a decir verdad se sentía realmente bien cuando sólo por algunas horas llenaba sus bolsillos con infinidad de monedas. Aspiraba con la nariz con gusto hasta la última de aquellas monedas, era también un hombre de excesos y los excesos le llevaban a lo más alto de su ego, para arrojarle algunas horas más tarde por sorpresa hasta hacerle tocar el frío suelo, irónicamente, con su nariz, y es que pasaba de ser el hombre más grande(o por lo menos eso le gritaban los nobles caballeros de rojas narices y fétidos alientos a alcohol barato que aposentados en robustos taburetes, anhelaban que les invitase a otra copa más) a llorar desconsolado, siendo consciente quizás sólo por aquel momento de deliberada tristeza de lo miserable que podía llegar a ser la existencia de un ser humano, de cómo había tirado su vida una noche más por el retrete, o mejor dicho, de cómo la había esnifado una vez más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario